El intelecto necesariamente para abarcar el todo debe dividir y estudiar cada parte y así funciona con todo, desde lo más trivial que nos pasa hasta lo más elevado que puede llegar a ser la búsqueda de conocimiento. Diariamente estamos dividiendo lo que nos sucede, tratamos de entender una parte ya sea que lo hagamos de forma consciente o no, es como funciona la mente. Tal característica nos limita de cierto modo, perdemos la perspectiva panorámica para enforcarnos en una parte solamente, es como si quisiéramos ver un paisaje subidos a una silla cuando en realidad necesitamos verlo desde un cerro o una montaña.
Tanta es nuestra confianza en el intelecto que nos olvidamos en sentir al cuerpo completo, no consideramos las señales que envía nuestro cuerpo, las sensaciones que nos ayudan con la intuición y si damos un paso más también es el estar atento a la inspiración que puede llegar súbitamente con la respuesta perfecta y correcta.
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