Muchas veces nos vemos enfrentados a situaciones que nos superan y reaccionamos de la mejor forma que podemos, ahora bien, existen situaciones, problemas, etc. Ahora, en el momento que estas situaciones se vuelven repetitivas, la mente comienza a dar vueltas en ella, los "pensamientos rumiantes" toman el control y entramos en un ciclo sin fin.
¿Qué hacer cuando estamos enfrascados en una vorágine que parece no tener fin?
Bueno, pedir ayuda dar ese paso, reconocer que hay cosas que nos superan y necesitamos un "salvavidas".
¿A quién?
A un terapeuta, a un psicólogo, alguien quien de alguna forma nos "abra los ojos" para salir de aquellos "loops" mentales.
Dar el paso es un gran logro, reconocer que necesitamos ayuda, que de alguna forma somos vulnerables y que hemos sido superados. Es darse cuenta que la mascara ficticia construida por el ego se triza o quiebra para mostrar una faz de la personalidad herida.
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