Tenía historias increíbles sobre brujos, duendes y anécdotas o "chascos" que le habían sucedido a ella a lo largo de su vida. Era buena para fumar y le gustaba beber mate, costumbre que hacía 4 veces al día y en tiempos de invierno tomaba el mate con malicia (aguardiente o pisco).
La mayoría de los matrimonios en esos tiempos (alrededor de los años 20) se hacía por conveniencia y era una decisión de los padres, ellos eran quienes elegían al hombre que sería el marido. Sin embargo, de igual forma habían pretendientes que rondaban la casa.
Una historia que contaba era que aun joven y soltera, mientras cocinaba en una olla de fierro sobre el fuego de la cocina a fogón, llegó un pretendiente y como era de pocas palabras no encontró mejor forma de expresar su interés amoroso en ella bajando sus pantalones enseñando su pene erecto diciendo "para quien será esto", mi abuela enfurecida con la paleta que revolvía la olla le asestó una certera paletada en la cara y en la espalda mientras el avergonzado pretendiente escapaba alejándose de la cocina.
En su vejez recordaba esta y otras historias sabrosas que las contaré a medida que me vaya acordando.
Gracias!