lunes, 4 de noviembre de 2013

Exponer el punto de vista

A veces caemos en la arrogancia que nuestro punto de vista es el válido, no aceptamos la multiplicidad de interpretaciones que puede tener un asunto y vamos como sacerdotes predicando sobre el púlpito formado por nuestro ego. Hablamos, exponemos, articulamos ideas que a veces no quieren ser oídas, contaminamos el ambiente con opiniones y juicios que sólo sacan roncha. 
La intolerancia, la arrogancia y creer que siempre tenemos la razón, no son buenas consejeras. El tener una opinión de algo no significa que esta deba ser una verdad que ilumine a los demás. 
Entender que todos tenemos un punto de vista, ser tolerantes y practicar el silencio se puede aprender con el tiempo, dejando la mala costumbre actual  vociferar lo que uno piensa.

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