Una expectativa es querer que algo salga como nosotros pensamos. Nos pasamos la mayor parte del tiempo creando expectativas sobre muchas cosas y basamos nuestro presente en un posible futuro que está moldeado por esas expectativas, si estas no se realizan nos frustramos. Elegimos concientemente o no comportarnos de esa forma, hemos aprendido a generar esas expectativas en todo ámbito.
También somos prisioneros de las expectativas que las otras personas tienen sobre nosotros, en el trabajo, en la familia, incluso socialmente.
Creemos ser libres pero estamos condenados a cumplir lo que otros han pensado que debemos hacer y caemos en ese juego para encajar, para ser parte del grupo, cumpliendo los deseos de otros.
Se nos puede pasar la vida cumpliendo los deseos de los demás suprimiendo nuestro ser, por lo que sacarnos esta mochila que nos colocan en la espalda, es el trabajo que se debe hacer día a día. No nos hacemos bien a nosotros mismos cumpliendo los deseos de los demás, nos hacemos bien siendo lo que somos, descubriendo nuestros talentos usándolos para el desarrollo personal y del entorno.
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