A lo largo de toda nuestra vida vamos recibiendo información, conocimientos que adquirimos, aprendemos a usar dichos conocimientos, ya sea a través de un oficio, una profesión, para expresarnos a través de alguna técnica artística o simplemente los usamos porque son útiles para desenvolvernos en la vida diaria. Nuestra naturaleza social, nos hace transmitir esos conocimientos a los demás, nos integra a la sociedad, son parte de lo que podemos entregar a otros, nuestra experiencia. Todos tenemos esa capacidad de enseñar, de transmitir lo que sabemos o hacemos.
En la era industrial que vivimos, una desventaja que presenta es que se ha eliminado paulatinamente el oficio artesanal siendo sustituido por la producción en masa.
Hace mucho tiempo atrás, por ejemplo en la edad media, los artesanos tenían discípulos a quienes enseñaban su oficio, hoy pagamos por educación, colegios, universidades, etc.
Las personas que ingresan a la educación superior, son tratados como productos, se les enseñan conocimientos para completar una malla curricular que sea aceptada por la industria. Poco se enseña a transmitir conocimientos, se fomenta la individualidad, la competencia y el triunfo como claves del éxito.
Si bien no todos pueden ser profesores, maestros, lo que si es cierto es que todos podemos enseñar algo que nos ha servido a cada uno, un conocimiento positivo y el compartir ese conocimiento hace bien al mundo y a nosotros.
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