jueves, 14 de noviembre de 2013

Pienso luego existo.

René Descartes, fue un gran intelectual francés del siglo XVII y a pesar de los años su influencia está presente hasta nuestros días, ¿Quién no ha escuchado leído la sentencia "pienso, luego existo"?. Esto tan simple, ha sido el pilar de la sociedad moderna donde lo intelectual, lo racional es lo más importante. Si hacemos algo sin pensar somos calificados por otros de tontos, por decirlo suavemente.
Hace tiempo en una conversación con un amigo, surgió este tema y como conclusión fue agregar al original: amo luego existo, imagino luego existo, creo luego existo.
Con esto quiero decir que no tan solo lo racional es importante somos más que intelecto, podemos amar, crear cosas, inventar, imaginar lo impensable.
A veces damos más importancia a lo que pensamos y nos definimos a través de nuestros pensamientos, estudiamos profesiones que sólo son un entrenamiento mental, descuidando cultivarnos integralmente. Nos dividimos convirtiéndonos en seres intelectuales que olvidan su cuerpo y su corazón.
El trabajo individual consiste entonces en volver a conectarse con cada uno de nuestros centros (emocional, intelectual, físico, creativo) y guiarlos en una sola dirección.

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