Nuestro cerebro almacena los recuerdos, experiencias y conocimientos que acumulamos durante el transcurso de nuestro vivir. Este banco de datos tiene mucha información y cuando creemos que algo se nos ha olvidado de pronto recordamos súbitamente cosas que están muy bien guardadas ahí.
Lo interesante resulta que así como podemos recordar alguna situación que pasó hace mucho tiempo, también somos capaces de revivir las emociones que sentimos en esa situación.
Hay un ejemplo que usan los psicólogos y que leí de algún lado que ejemplifica el vicio que encierra esto:
Un orador al comenzar la conferencia cuenta un chiste y todo el mundo ríe a carcajadas, pasan unos momentos y vuelve a contar el chiste y pocas personas rieron, más tarde vuelve a contar y así por un par de veces hasta que nadie rió.
Nosotros podemos revivir mentalmente las situaciones (contarnos el chiste muchas veces) y seguir experimentando emociones como la rabia, ira, angustia, desesperación, etc., nos altera en el presente algo que sucedió en el pasado y como si fuera poco comenzamos un diálogo mental, emitimos juicios, cuestionamos lo que sucedió, etc. caemos en una espiral de pensamientos que nos evade del momento presente.
No nos damos cuenta de lo viciosa que resulta esta conducta y perdemos el control sobre los pensamientos que la mente fabrica.
¿Y que hacer?
Bueno usar alguna técnica que permita liberar la carga emocional a los recuerdos, por ej. Método sedona, ho'oponopono, una meditación.
Todo lo que sucede en nuestra mente es responsabilidad individual y somos nosotros quienes podemos elegir trabajar en ello para cambiar nuestras conductas mentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario