martes, 21 de enero de 2014

Las puertas de oro (6º Parte)

Gabriel bajó la colina para adentrarse en el bosque, ahí abundaban frutos silvestres, hierbas terapéuticas, hongos comestibles y animales de caza. Llevó su morral, un cuchillo y una lanza. Cuando llegó ya era medio día  y el sol se colaba por entre las hojas de los grandes árboles, se escuchaba el sonido del agua en movimiento de un arroyo que cruzaba el lugar.
Llenó su morral de frutos, hongos y un par de hierbas medicinales que conocía desde pequeño. Siguió aguas abajo por la orilla del arroyo hasta que encontró un claro y el camino que conducía al pueblo. Un puente de madera unía los extremos del camino. Una sensación de nostalgia invadió su cuerpo, comenzó a recordar a su familia y sus pensamientos se enredaron creando historias sobre lo que les pasaba a ellos.
Miró fijamente el puente y se acercó para tocar la madera. Ahí se quedó un buen rato viendo el fluir del río, escuchando los sonidos del bosque.

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