Después de unos minutos de estar así, me pregunté:
¿Qué más hay?
Y me di cuenta en ese momento que sólo había ruido mental es decir; los miedos son productos mentales, los pensamientos repetitivos, los recuerdos, las memorias todo es mental y sucede en la cabeza.
Como todo sucede en nuestro cerebro podemos cambiar esa dinámica, podemos elegir ser controlados por la vorágine de pensamientos o comenzar a buscar el silencio y el vacío mental.
No todo lo que pensamos es útil, divagamos con facilidad creando historias, juicios, criticando a los demás, etc. Recordamos el pasado y sus experiencias negativas con mayor frecuencia que lo positivo, nos preocupamos por un futuro que nosotros mismos creamos.
Personalmente creo que el tema es concentramos en usar adecuadamente los pensamientos para aquellas tareas que requieren el ejercicio mental y ser capaces también cuando no lo necesitamos liberarnos del hábito o costumbre de generar pensamientos aunque sea por breves momentos.
Los ejercicios meditativos son fabulosos como herramientas para comenzar a liberarse del ruido mental.
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