martes, 14 de enero de 2014

Percibir

Vivo en un pequeño departamento en el centro de la ciudad de Santiago, en el piso 14. Anoche alrededor de las 23.00 hrs salí a ver la luna por la terraza y después de un momento, cerré los ojos y concentré mi atención en las sensaciones que percibía. Una suave brisa, el sonido de los vehículos, un televisor encendido, un olor a comida que venía de algún departamento vecino.
Después de unos minutos de estar así, me pregunté:
 ¿Qué más hay?
Y me di cuenta en ese momento que sólo había ruido mental es decir; los miedos son productos mentales, los pensamientos repetitivos, los recuerdos, las memorias todo es mental y sucede en la cabeza.
Como todo sucede en nuestro cerebro podemos cambiar esa dinámica, podemos elegir ser controlados por la vorágine de pensamientos o comenzar a buscar el silencio y el vacío mental.
No todo lo que pensamos es útil, divagamos con facilidad creando historias, juicios, criticando a los demás, etc. Recordamos el pasado y sus experiencias negativas con mayor frecuencia que lo positivo, nos preocupamos por un futuro que nosotros mismos creamos.
Personalmente creo que el tema es concentramos en usar adecuadamente los pensamientos para aquellas tareas que requieren el ejercicio mental y ser capaces también cuando no lo necesitamos liberarnos del hábito o costumbre de generar pensamientos aunque sea por breves momentos.
Los ejercicios meditativos son fabulosos  como herramientas para comenzar a liberarse del ruido mental.



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