Hemos perdido la paciencia, esa "facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho" (según definición de la RAE), nos frustramos, reaccionamos con indignación o rabia contra los demás quienes han agotado esa paciencia, como si fuera una virtud que los demás deben practicar sin una responsabilidad individual.
Así como la paciencia, olvidamos el silencio, darse un tiempo para concentrarse en sí mismo y sentir las señales del cuerpo emite en ese momento.
Y, ¿Para qué tener paciencia?¿Para qué el silencio?
Sencillamente para tener paz, alejar el estres y no ser el ogro gruñón que va por el mundo con el ceño fruncido enojado y peleando con todos.
Tampoco quiero decir con esto que uno debe ser como "Job" sin reaccionar a nada, sino más bien comenzar el camino para ser más pacientes, aprender a silenciar la mente para vivir más en el presente y más libres del peso que nos impone la sociedad en la que vivimos.
Y, ¿Para qué tener paciencia?¿Para qué el silencio?
Sencillamente para tener paz, alejar el estres y no ser el ogro gruñón que va por el mundo con el ceño fruncido enojado y peleando con todos.
Tampoco quiero decir con esto que uno debe ser como "Job" sin reaccionar a nada, sino más bien comenzar el camino para ser más pacientes, aprender a silenciar la mente para vivir más en el presente y más libres del peso que nos impone la sociedad en la que vivimos.
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