jueves, 10 de octubre de 2013

Valer la pena

Alguna vez hemos escuchado "el lenguaje construye realidades". A veces no nos damos cuenta de la forma como vamos articulando las palabras, como usamos ciertas oraciones que después se transforman en profecías cumplidas.
Más de alguna vez he dicho que algo o alguien "vale la pena" . Si la digo antes de conocer a alguien o antes de hacer algo, estoy confiriendo una cualidad negativa al asunto. Diciendo esto, afirmo que causará pena, dolor, angustia lo que experimentaré a futuro un sentimiento negativo a final de cuentas. Si el asunto es positivo mejor decir entonces "vale la dicha o  vale la alegría".
Usamos expresiones muchas veces sin darnos cuenta de la carga negativa que encierran, así satisfacemos nuestro negativismo cuando los asuntos que "no valen la pena" resultan mal.
Rotulamos, etiquetamos como productos de supermercado con nuestras palabras las experiencias antes que sucedan, sumamos expectativas queriendo forzar resultados, todo lo intelectualizamos y cuando las cosas no suceden como pensamos o queríamos que sucedieran, caemos del pedestal que el ego ha creado golpeándonos contra el suelo.

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