Para cualquier persona que quiera escribir algo, el reto que impone la página en blanco muchas veces resulta intimidante. Cuando uno quiere plasmar las ideas a través de un texto puede hacerlo en forma casi automática "inspirado" o de una forma reflexiva fruto de un elaborado análisis de lo que se quiere comunicar escogiendo las palabras apropiadas con "pinzas".
Resulta curioso que nosotros también somos en cierto modo una página en blanco (metafóricamente hablando) cuando nacemos no tenemos recuerdos y nuestra memoria está vacía, en blanco. A medida que crecemos vamos acumulando en nuestra mente toda la información que resulta de nuestra experiencia y lo que el medio nos entrega, creencias religiosas, tabúes sociales, conocimientos educacionales, etc.
Y a medida que llenamos esta hoja nos olvidamos o no sabemos como limpiarla entonces cada vez tiene mas y mas rayas encima causando confusión.
A veces las prácticas espirituales sólo llenan con más información y no logran la transformación personal que lleve a encontrar la paz y luz interna propia, somos sabios pero nuestras memorias o lo que esta grabado en nosotros nos oculta esta sabiduría. Ahora con la abundancia de medios de comunicación la información abunda y con ella también la confusión que provoca tener muchas cosas dando vuelta.
¿Qué hacer?
Usar lo "util" lo que sirva para nosotros, el camino espiritual es individual.
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