Siempre es difícil cerrar una etapa con una persona a quien uno ha amado o sigue amando. A veces esos términos son abruptos con fuertes discusiones o por otra parte se produce un abandono. Sea cual sea la causa la consecuencia es la misma "una separación".
Que difícil es el trabajo de limpiar las emociones, el apego cuando los sentimientos aun están frescos y a medida que pasa el tiempo pareciera que la herida sigue abierta.
No hay recetas mágicas y el duelo para superar la crisis y posterior cierre del ciclo es un trabajo individual para sanar.
El pasado, aquellos momentos que se vivieron en compañía son sólo recuerdos que forman parte de la experiencia y liberar la carga emocional que contienen es necesario para superar la separación.
En el transcurso del vivir, eventualmente, podemos tener varias parejas que nos ayudan a crecer. Muchas veces buscamos y encontramos la persona correcta que nos hace notar nuestros propios defectos y la oportunidad de cambiar se presenta.
Otras veces actuamos por repetición y encontramos una pareja donde reiteramos un patrón familiar heredado, por ejemplo el abandono del padre. Tenemos en nuestro inconsciente una memoria que se manifiesta como ese patrón la que aprendimos sin darnos cuenta en alguna etapa de nuestro desarrollo. Según la metagenealogía de Jodorowsky puede ser tan intenso el patrón que se ha repetido por varias generaciones dentro del árbol familiar.
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