Con el cerebro producimos pensamientos, algunos útiles para desarrollarnos otros nos esclavizan y encierran en la jaula mental. Con el cuerpo nos movemos, mediante la fuerza tomamos lo que necesitamos o queremos y también buscamos reproducirnos. Con el corazón sentimos, producimos sentimientos hacia los demás, buscamos la unión amorosa.
Más allá de nuestras necesidades naturales básicas para la sobrevivencia, podemos producir, crear, construir a partir de lo que pensamos, sentimos o de experimentamos con la capacidad física que poseemos. Somos un vehículo para que la creatividad se manifieste, de algún modo bajamos esa información original que se expresa de forma única.
Por ejemplo un escritor que está redactando una novela cuando recibe la inspiración tan sólo escribe y escribe de alguna manera ha encontrado las palabras exactas que describen lo que ha imaginado. Otro ejemplo es un bailarín que por inspiración encuentra los pasos y gestos al danzar que irradian belleza.
Entonces nuestra naturaleza es producir, esto también se aplica con el dinero, somos productores de riqueza y el no darnos cuenta de eso nos limita.
Nos enseñan a pedir y pasamos mucho tiempo pidiendo, buscando reconocimiento, buscando un empleo donde nos reconozcan o pidiendo afecto en nuestras relaciones con los demás.
Cambiar desde una perspectiva del pedir a una del producir es un trabajo que primero que todo demanda darse cuenta donde estoy ahora, si estoy pidiendo y recibiendo en función a ese pedido o si lo que estoy haciendo es producto de mis talentos, capacidades y habilidades creativas.
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