Una de las premisas de la economía es "los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas" este axioma se fundamenta en el principio de elección, en la decisión de cuales bienes crear para satisfacer determinada necesidades.
Podemos distinguir necesidades básicas las cuales son inevitables como alimentarse, respirar, beber agua, etc. y otras que en gran medida son impuestas por la sociedad, la religión, la cultura, la familia, el medio ambiente, etc, por ej. tener una educación universitaria, un auto, una casa, una familia.
Para el modelo económico global, la felicidad se logra acumulando bienes materiales y la publicidad se encarga de incrustar esa idea en el cerebro de todas las personas. Sin consumo no se mueve la maquinaria industrial en la que nuestra civilización está fundada, todo se comercializa, todo se puede vender mientras exista un comprador.
Es tal el manejo mental que ejercen sobre nosotros que nos crean necesidades de cosas que no necesitamos, valga la redundancia. Manipulan nuestras emociones, nuestros estados de ánimo, nos infunden temor para hacer que necesitemos la seguridad que brinda algún objeto o servicio.
Nuestro miedo a perder, la natural conducta de acumular alimenta el impulso consumista de bienes y servicios, es un ciclo sin fin, un espiral que sólo lleva a consumir más y más (se reafirma que las necesidades son ilimitadas).
¿Y como detener este frenesí?
Sólo depende de uno mismo, la elección de consumir cualquier cosa está en uno. El trabajo interior, la espiritualidad, el conocerse a uno mismo ayudan a tomar mejores decisiones ya que permite conectarse con la sabiduría interna, esa que conoce lo que verdaderamente necesitamos.
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